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lunes, 3 de noviembre de 2014

Musicoterapia: un gran aporte en el ámbito de la educación especial

En esta ocasión compartimos este artículo de la revista digital Enclave Docente:

Musicoterapia: un gran aporte en el ámbito de la educación especial


Sergio Chávez Díaz: Director del Centro Extremeño de Investigación Musicoterapeútica (Extremadura)

En los últimos años, la Musicoterapia ha adquirido un gran valor como herramienta complementaria de intervención terapeútica en diferentes ámbitos sociales. Pero es sin duda, en el ámbito de la educación y más concretamente de la educación especial, donde se está probando su gran eficacia en la atención de los alumnos que presentan algún tipo de dolencia de carácter físico, psíquico, cognitivo. etc.
Por esta razón CEIM, desde su perspectiva metodológica activa, intenta cada día acercar esta nueva disciplina terapéutica a los centros de atención al discapacitado y de educación especial.
PALABRAS CLAVE: Musicoterapia, ámbitos de aplicación, métodos, educación especial y CEIM.

Comencemos definiendo “musicoterapia”  y sus objetivos

“Musicoterapia es la utilización de la música y/o de sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un Musicoterapeuta calificado, con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas .La Musicoterapia busca descubrir potenciales y/o restituir funciones del individuo para que el / ella alcance una mejor organización intra y/o interpersonal y, consecuentemente, una mejor calidad de vida. A través de la prevención y rehabilitación en un tratamiento.”
Definición de la Federación Mundial de Musicoterapia
Antes de profundizar en este apartado, tenemos que diferenciar claramente que en musicoterapia el objetivo no es el de aplicar un método pedagógico (Orff, Martenot, Kodaly, Wilems, Wuytack, etc…), pues esta es justamente la labor del profesor de música, sino que el objetivo de hacer musicoterapia sigue las normas de un proceso terapéutico, es decir son necesarios los elementos de tiempo, espacio, lugar, un sujeto o grupo de sujetos con un diagnóstico o evaluación previa y un musicoterapeuta con una indicación y objetivos a realizar.
La intervención musicoterapeútica, se encuentra dirigida fundamentalmente al bloque específico de comunicación-interacción y socialización. Se podría desprender de esta afirmación una visión reduccionista de la disciplina (en cuanto a objetivos se refiere), pero esto no es así puesto que las áreas de intervención en musicoterapia afectan al individuo en su totalidad, sin embargo en el área de comunicación y socialización es en la que se consiguen resultados más productivos, resultados  que favorecen la consecución de objetivos en otras áreas (psicomotricidad, coordinación visomotora, autonomía personal, lenguaje verbal, emociones, conductas disruptivas e inadaptadas, desarrollo de la imitación, producción de gestos funcionales.
Así, mediante la aplicación de la musicoterapia se ha podido constatar que muchas personas han mejorado considerablemente su deficiencia.  En términos generales podríamos decir:
  • La música como medio de expresión y de comunicación favorece el desarrollo emocional, mejora de un modo considerable las percepciones, la motricidad y la afectividad de la persona.
  • La musicoterapia favorece la manifestación de tensiones, problemas, inquietudes, miedos, bloqueos, etc. actuando como alivio y disminuyendo la ansiedad.
  • La música suscita a la actividad, moviendo a la acción aceptada, que conlleva goce y satisfacción tanto a nivel individual como grupal.
  • Estimula nuestros receptores sensoriales propioceptivos, táctiles y auditivos.
  • Se consigue mayor equilibrio psicofísico y emocional. Consigue que se establezca una comunicación a través del arte y ésta es más inmediata y profunda que la palabra.
  • Modifica algunas respuestas psicofisiológicas que se registran en diferentes parámetros: ritmo cardíaco, amplitud respiratoria, reflejo psicogalvánico, etc.
  • Fomenta la relación y socialización a través de la experimentación y ejecución conjunta.
  • Mejora de un modo considerable las percepciones y la motricidad de los niños, así como su afectividad.
  • Favorece la manifestación de tensiones, problemas, inquietudes, miedos, bloqueos, etc., actuando como alivio y disminuyendo la ansiedad.
  • Suscita una actividad, mueve a la acción aceptada, que lleva a un goce y satisfacción tanto a nivel individual como grupal.
  • Mayor equilibrio psicofísico y emocional.
  • Las respuestas psicofisiológicas se registran en diferentes parámetros: encefalograma, reflejo psicogalvanico, ritmo cardiaco, amplitud respiratoria.
  • Los estímulos rítmicos aumentan el rendimiento corporal. También aumentan el riego sanguíneo cerebral.
  • Los niños más difíciles responden al estimulo musical mas que a cualquier otra clase de estimulo.

Ámbitos de Aplicación

La musicoterapia se puede aplicar en personas con enfermedades psíquicas, con discapacidad, en geriatría, con adicciones, deficiencia mental, enfermedades crónicas…
Según la población en la que se aplique, los objetivos de trabajo en el tratamiento de musicoterapia varían.
  • Para personas con enfermedades psíquicas. A través de la musicoterapia se estimulan experiencias individuales y/o de grupo para la exploración de sus sentimientos y emociones, favoreciendo el conocimiento íntimo y el desarrollo de la autoestima.
  • Para personas con discapacidad y/o trastornos del desarrollo (Síndrome de Down, Déficit de Atención, Hiperactividad, Trastorno del Espectro Autista, X-frágil, Síndrome de Rett, Trastornos en el lenguaje, Asperger y todo tipo de personas con necesidades educativas especiales)
  • Para personas de edad avanzada -geriatría-. La musicoterapia trata de favorecer el recuerdo y el mantenimiento de la memoria (por ejemplo seleccionando música de su pasado), al tiempo que se trata de disminuir la agitación e incrementar la orientación en la realidad.
  • Para personas con adicciones (drogodependencias). Para afrontar las barreras que estas personas mantienen durante el proceso de recuperación, la musicoterapia utiliza técnicas como audiciones, improvisaciones, ejercicios de creatividad musical, realización de canciones, etc., en grupo y/o individualmente.
  • Personas con deficiencia mentalCon el fin de fomentar la autoestima, la comunicación y la socialización y facilitar el desarrollo cognoscitivo, se organizan grupos de creación/improvisación musical así como otras técnicas musicoterapéuticas.
  • Para personas con discapacidades físicas. Las técnicas musicoterapéuticas en esta área tratan de incrementar la motivación y el interés por alcanzar metas de rehabilitación y prevenir la frustración.
  • Para personas con enfermedades crónicasSe proponen programas de audiciones musicales y sesiones de vibroacústica con el fin de disminuir tensiones, espasmos musculares y/o dolores a los pacientes y facilitar la relajación necesaria.
La música es un bien universal que se disfruta y valora por todo el mundo desde nuestros ancestros, incluyendo por su puesto todas aquellas personas afectadas por algún tipo de  dolencia física o psíquica. Sin embargo, en lo últimos años la conciencia desarrollada sobre la influencia de la música en el ser humano, ha despertado el interés de diferentes sectores sociales y profesionales hacia su aplicación como un medio de rehabilitación o terapéutico.
Tanto es así, que son numerosos los centros especializados, en su mayoría dirigidos a la atención al discapacitado, los que incluyen en su metodología de trabajo, programaciones  y tratamientos, la música como vertiente terapéutica y reeducativa. Sin embargo, esta inclusión no supone una determinada especialización sobre la disciplina a la que nos referimos, más bien un acercamiento o implicación de los profesionales que trabajan a diario en el campo de la discapacidad, la educación y  la sanidad, debido a su no especialización como musicoterapeutas. De este hecho se deduce  fuerte demanda formativa en musicoterapia existente.
Además, utilizar la música para mantener, mejorar y restaurar el funcionamiento físico, emocional, cognitivo y social de las personas, permite que ésta pueda ser utilizada en distintas áreas de trabajo (prevención, educación, rehabilitación y terapia) y aplicarse en personas que presenten múltiples necesidades.
Así, con la intención de cubrir estas necesidades de atención y formación en musicoterapia, nace CEIM (Centro Extremeño de Investigación Musicoterapeútica),  primer centro privado destinado a cubrir las necesidades formativas y atención clínica de nuestra región. En la actualidad, es un importante referente de la musicoterapia a nivel nacional debido a sus sendos trabajos desarrollados en el campo de la atención clínica con diferentes psicopatologías
Los objetivos de esta entidad son los siguientes:
  1. Recopilar información acerca de las  actividades y estado de la investigación y desarrollo de aquellas áreas referidas a la música y a su aplicación en el campo sanitario y reeducativo.
  2. Promocionar el estudio y la divulgación de la Musicoterapia como un ámbito más de desarrollo y de ejercicio profesional, desarrollando para ello planes de estudio y formación.
  3. Investigar y fomentar el desarrollo de nuevas estrategias musicoterapeúticas que aúnen los componentes teórico-prácticos de estas disciplinas.
  4. Desarrollar tratamientos, experiencias y proyectos clínicos-terapeuticos cuyas intervenciones admitan, requieran o necesiten de estas técnicas.
  5. Mantener relación permanente con organismos nacionales e internacionales públicos y privados con el fin de intercambiar información y documentación.
  6. Atender consultas y prestar asesoramientos a cuantas personas o entidades soliciten información sobre cuestiones relacionadas con el tema
  7. Favorecer reuniones e intercambios científicos-técnicos de profesionales formados y/o interesados en Musicoterapia.
  8. Ofrecer tratamientos de musicoterapia en su vertiente clínica y reeducativa para contribuir a mejorar la oferta terapéutica de la región.

El Centro Extremeño de Investigación Musicoterapéutica

La música es un bien universal que se disfruta y valora por todo el mundo desde nuestros ancestros, incluyendo por su puesto todas aquellas personas afectadas por algún tipo de  dolencia física o psíquica. Sin embargo, en lo últimos años la conciencia desarrollada sobre la influencia de la música en el ser humano, ha despertado el interés de diferentes sectores sociales y profesionales hacia su aplicación como un medio de rehabilitación o terapéutico.
Tanto es así, que son numerosos los centros especializados, en su mayoría dirigidos a la atención al discapacitado, los que incluyen en su metodología de trabajo, programaciones  y tratamientos, la música como vertiente terapéutica y reeducativa. Sin embargo, esta inclusión no supone una determinada especialización sobre la disciplina a la que nos referimos, más bien un acercamiento o implicación de los profesionales que trabajan a diario en el campo de la discapacidad, la educación y  la sanidad, debido a su no especialización como musicoterapeutas. De este hecho se deduce  fuerte demanda formativa en musicoterapia existente.
Además, utilizar la música para mantener, mejorar y restaurar el funcionamiento físico, emocional, cognitivo y social de las personas, permite que ésta pueda ser utilizada en distintas áreas de trabajo (prevención, educación, rehabilitación y terapia) y aplicarse en personas que presenten múltiples necesidades.
Así, con la intención de cubrir estas necesidades de atención y formación en musicoterapia, nace CEIM (Centro Extremeño de Investigación Musicoterapeútica),  primer centro privado destinado a cubrir las necesidades formativas y atención clínica de nuestra región. En la actualidad, es un importante referente de la musicoterapia a nivel nacional debido a sus sendos trabajos desarrollados en el campo de la atención clínica con diferentes psicopatologías
Los objetivos de esta entidad son los siguientes:
  1. Recopilar información acerca de las  actividades y estado de la investigación y desarrollo de aquellas áreas referidas a la música y a su aplicación en el campo sanitario y reeducativo.
  2. Promocionar el estudio y la divulgación de la Musicoterapia como un ámbito más de desarrollo y de ejercicio profesional, desarrollando para ello planes de estudio y formación.
  3. Investigar y fomentar el desarrollo de nuevas estrategias musicoterapeúticas que aúnen los componentes teórico-prácticos de estas disciplinas.
  4. Desarrollar tratamientos, experiencias y proyectos clínicos-terapeuticos cuyas intervenciones admitan, requieran o necesiten de estas técnicas.
  5. Mantener relación permanente con organismos nacionales e internacionales públicos y privados con el fin de intercambiar información y documentación.
  6. Atender consultas y prestar asesoramientos a cuantas personas o entidades soliciten información sobre cuestiones relacionadas con el tema
  7. Favorecer reuniones e intercambios científicos-técnicos de profesionales formados y/o interesados en Musicoterapia.
  8. Ofrecer tratamientos de musicoterapia en su vertiente clínica y reeducativa para contribuir a mejorar la oferta terapéutica de la región.

Metodología y Técnicas de intervención

Existen un gran abanico de métodos y técnicas en musicoterapia, sin embargo esta diversidad se puede concretar en torno al siguiente eje metodológico: los métodos de carácter pasivo y los denominados métodos activos. Dentro de estos segundos, se encuentra la “improvisación musical” que es el método empleado mayoritariamente en nuestras sesiones de musicoterapia.  Este trabajo consiste en la expresión espontánea de la música y sus componentes –vocales e instrumentales- con fines terapéuticos. Se utiliza para reflejar el “aquí y ahora” de una persona o para involucrarla en intercambios musicales libres o estructurados.
Esta técnica de improvisación recibe también el nombre de “creativa” porque implica al terapeuta en un trabajo creativo de tres niveles interrelacionados. Primero el terapeuta crea e improvisa  la música que será utilizada como terapia.. Segundo, el terapeuta utiliza la música de improvisación  de forma creativa en cada sesión para buscar ganar y mantener el contacto con el usuario en cada momento y para crear una experiencia terapéutica. Tercero, el terapeuta también crea una progresión de experiencias terapéuticas de sesión a sesión, apoyando las fases del desarrollo creativo del usuario. Además el terapeuta crea: los recursos musicales a utilizar en cada experiencia terapéutica, la experiencia terapéutica y las técnicas a utilizar en cada circunstancia clínica y el proceso por el que se secuencian estas experiencias y técnicas.
Aunque la mayoría del trabajo de improvisación se crea para un marco individual, se pueden plantear técnicas para utilizar la improvisación en marcos grupales
Ambas técnicas musicoterapéuticas se emplean tanto en Musicoterapia Clínica como en Musicoterapia en reeducación, aunque en mayor medida en la primera de ellas. En reeducación será necesario la utilización de técnicas derivadas de la educación musical adaptadas coherentemente al nivel y limitaciones del alumno/a necesitado, más que la utilización de técnicas musicoterapéuticas. Sin embargo, esto no niega la posibilidad y necesidad de utilizar de forma combinada todo tipo de técnicas clínicas y de reeducación en música.

Musicoterapia en el ámbito educativo

Cada vez con más frecuencia, encontramos en nuestros centros de Educación Primaria un mayor número de alumnos con necesidades educativas especiales. Estos reciben una atención  escolar por parte de los maestros de educación especial, de pedagogía terapeútica, de audición y lenguaje, psicopedagogos, etc., y de todos aquellos que componen el equipo interdisciplinar de apoyo. A su vez, también asisten a clases de música, que imparte un especialista en educación musical, y que no se encuentra cualificado académicamente para afrontar esta tarea integradora dentro de un grupo numeroso. Sin embargo, dicho especialista con una formación en musicoterapia, podría contribuir a la aparición de un nuevo papel profesional, dedicado a incorporar la música como elemento terapéutico y reeducador en el ámbito de la escuela ordinaria. Este especialista en música podría tanto asesorar sobre cómo utilizar la música en cada uno de los casos, como participar directamente en el trabajo del equipo interdisciplinar de apoyo.
Aunque la Musicoterapia está más cerca de la psicología que de la educación especial, ambas tienen en común aspectos técnicos y metodológicos que beben de las mismas fuentes. Así, ya el pedagogo Edgar Willems (1984) ya indicaba en su libro Bases psicológicas de la educación musical los beneficios a nivel terapéutico que puede ofrecer la música asociada a la educación.
Ambas disciplinas comparten su metodología activa, vivencial y participativa; utilizan los mismos elementos como son el sonido, el ritmo, la melodía y la armonía, así como las herramientas productoras (cuerpo, objetos e instrumentos musicales). Y se diferencian claramente en las metas a alcanzar. Mientras que en la educación musical el objetivo final es el conocimiento de la música en sí misma (codificación y lenguaje, identidad cultural, forma y concepción estética) y como expresión artística, cultural y estética; en Musicoterapia la música no constituye ningún fin sino más bien un medio para alcanzar objetivos terapéuticos que redunden en la mejora de la calidad de vida de las personas con algún tipo de dolencia psíquica, física, emocional, cognitiva, conductual, etc. Lo importante no es que toque rítmica y de forma precisa desde el punto de vista musical un instrumento,  lo importante son las capacidades que intervienen en esa acción motriz (atención, concentración, coordinación óculo manual, capacidad de anticipación e inhibición rítmica, autocontrol motriz y de la conducta, etc.)
Importancia de la música en las personas con N.E.E
Es importante conocer bien las potencialidades de la música, saber cómo la persona con n.e.e reacciona ante la actividad musical y entender por qué la música es un instrumento eficaz. Este no reacciona positivamente ante la música por arte de magia, reacciona ante determinados aspectos musicales como lo haría una persona normal. Es que la música posee características tan singulares que hacen de ella el instrumento ideal para poder lograr que él cambie su comportamiento.
Uno de sus problemas es la comunicación. Ya sea cuando la persona tenga un uso limitado de palabras, o bien en el caso de los más afectados que carecen de vocabulario. Esto hace que el contacto con ellos se torne muy difícil y por lo tanto crea problemas en sus relaciones con los demás. “El contacto es el primer paso para mejorar las relaciones con los demás”. La música puede ayudar puesto que no es una vía de comunicación verbal. Se puede establecer una verdadera relación mediante situaciones verbales, como también en las que no hay comunicación verbal. Claro que los métodos tradicionales no siempre son efectivos, por lo cual hay que tratar de encontrar métodos nuevos.
Siendo la música un arte sin palabras, puede llegar a ser un medio para comunicarse con los discapacitados. En el niño y en el adulto con necesidades especiales la carencia de habilidad para la comunicación de sentimientos exige medios adecuados que solamente la música puede proporcionarle; ésta actúa en él como en una persona normal, aun-que, es obvio, con resultados y márgenes diferentes.
El trabajo de grupo es esencial para la readaptación social de los discapacitados. Tienen muy pocos contactos sociales y muchos de éstos son deficientes en la práctica de sus relaciones con los demás. La música es un excelente medio para las experiencias de grupo porque se ejercita una acción común en un plano en el que el niño y el adulto con necesidades especiales no necesitan palabras, dando lugar a una participación simpática y agradable, según los niveles de habilidad, que carece de temor instintivo. Se dice que la música da a los discapacitados la oportunidad de desarrollar el sentido de grupo.
La reintegración psíquica basada en la superación de un grave defecto del yo, debido no sólo a un retardo mental básico, sino también a los años de excesiva protección y al rechazo inconsciente de los padres. Hemos tratado de que el enfermo tenga experiencia no verbal de su cuerpo, con el propósito de tornar al niño más sensitivo, usando ejercicios relacionados con la vista, el olfato y el tacto… hemos intentado inspirar confianza en las relaciones de grupo mediante juegos y actividades vinculadas con la música, tales como batir palmas, marcar el compás con los pies y cantar.
El niño y el adulto con necesidades especiales han hecho un enorme “progreso en lo que respecta a la expresión natural, sea verbal o dinámica, en el desarrollo de la expresión de grupo, como también en sus hogares, según afirman sus padres, por su creciente iniciativa y espontaneidad” .
Se afirma que “la música ofrece un excelente medio para el ejercicio de la dinámica de grupo. Así… la música actúa como un agente integrador y socializador, proporcionando una experiencia que exige mas adaptación de la conducta al servicio del grupo”.
El niño y el adulto con necesidades especiales necesita sentirse seguro, y la música proporciona esa seguridad mediante su orden y estructura intrínsecos. La misma experiencia musical puede repetirse felizmente muchas veces y por ello el niño puede predecir esa experiencia. El compás esencial continúo y la repetición de la estructura melódica hace posible una expectación que ayudará a aliviar el temor del enfermo a lo desconocido. También puede lograrse seguridad proporcionando alguna estructura al período musical mismo, incluyendo la repetición de actividades ya conocidas. Cuando se presenta una nueva actividad, ésta debe contar con algunos elementos conocidos. Si no se hace así, los enfermos pueden negarse a participar. La experiencia musical, debido a los sentimientos positivos que origina, contribuye a aumentar la seguridad. La música se relaciona estrechamente con los sentimientos más sutiles y que por lo tanto “puede hacer surgir de un modo efectivo aquellos que con frecuencia se hallan disminuidos en los pacientes… Este surgimiento de “amor” es vitalmente importante dado que ayuda a que se experimenten sentimientos de seguridad”.
La gratificación, y en consecuencia la autoestima, es otra de las necesidades básicas que vive el niño y el adulto con necesidades especia-les. A menudo ellos son conscientes de su discapacidad y falta de desarrollo y este conocimiento afecta su sentido de valor personal. Experimenta un desarrollo insuficiente de su autoestima por su incapacidad de cumplir con las exigencias de la sociedad. La música puede proporcionar experiencias que producen un mayor desarrollo de la autoestima. La actividad musical permite diferentes niveles y tipos de participación, y por ello, el niño y el joven diferente está capacitado para participar cualquiera sea la gravedad de su trastorno. Su respuesta a la experiencia musical puede ser muy simple, pero él está participando. Es un miembro del grupo y puede sentir que tiene éxito. Este sentimiento produce gratificación y autoestima. La música hace posible elevar el pro-pio orgullo, la autorrealización, las experiencias de éxitos y una participación más significativa cualquiera sea el nivel de capacidad que el niño posee.
Probablemente el más importante de todos los valores que la música tiene para el niño y el joven discapacitado es la percepción sensorial estética. Se afirma: “el significado que la experiencia estética tiene para el individuo es que sin ella, sería menos completo como ser humano. Los niños y jóvenes, no solamente los de nuestra cultura sino los de todas las culturas, necesitan de la música para desarrollarse de modo normal y sano”. También se dice que: “Cuanto más rico es el ambiente sensorial, mayor es el desarrollo del cerebro. Por lo tanto comprendamos por qué debe enriquecerse el medio sensorial del niño”. Si esto constituye una necesidad para el niño normal, también lo es para el discapacitado.

Bibliografía

-       Benenzon, R.O.-(1991). Teoría de la Musicoterapia ( Aportes al conocimiento del contexto-no verbal). Madrid: Mandala Ediciones
-       Benenzon, R.O.- (1992). Manual de Musicoterapia. Barcelona: Ed. Paidós
-       Bruscia, K.E.- (1997). Definiendo Musicoterapia. Salamanca: Amarú Ediciones
-       Lacárcel Moreno, J.-(1995) Musicoterapia en Educación Especial. Murcia: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia
-       Willems, E. –(1984). Las bases psicológicas de la Educación Musical. Buenos Aires: Ed. Eudeba

sábado, 1 de noviembre de 2014

¿QUÉ ACTITUD DEBE TENER EL CUIDADOR DE UNA PERSONA?

Cuando en la vida nos ocurre que nos convertimos en cuidadores de una persona que por enfermedad, trastorno, u otros motivos ya no dispone de las mismas capcacidades, suele ser muy frustrante, y solemos reaccionar en forma inapropiada. En este artículo se recomiendan ciertas actitudes que pueden ser beneficiosas para la relación cuidador - cuidado. Esperamos sea de vuestra utilidad.



UNIDAD DE CIENCIAS NEUROLÓGICAS: ¿Qué actitud debe tener el cuidador de una persona...: En la acción de cuidar a una persona con demencia hay que tener siempre presente unos principios y actitudes que ayudan en el manejo de s...